Reflexión: ¿Dónde quedó la ética?



Hoy es lunes, no toca reflexión y muchos menos una publicación normal, pero no quiero postergar esta publicación. Ayer era domingo 2 de febrero de 2020. Una noticia ha movido nuestros corazones y llenado de tristeza. Mi familia apenas llega a casa y, como es costumbre, empiezan a llegar las notificaciones gracias a la conexión a WiFi. De inmediato mi hermana recibe una publicación de un "portal de noticias", la misma dice que un joven ha fallecido en un trágico accidente. Imágenes de lo ocurrido se despliegan por todo el news feed y, finalmente, un cruento video donde observamos lo que quizás sea nuestro último recuerdo de este allegado, quien perdió la vida por la imprudencia de alguno de los involucrados.

Solo quiero contextualizarte, para que me entiendas. Vía WhatsApp recibí el video donde se observa las condiciones en las que quedó la víctima. Lo pensé y analicé mucho para emitir comentario alguno, pero era necesario que llamara la atención; que saliera en defensa del gremio, porque luego nos generalizan y dicen que todos los periodistas han perdido la ética. Finalmente, lo único que dije fue: "Por favor, por amor a Cristo y respeto a la familia, no sigan compartiendo ese vídeo. Ha de partirles el alma y consternar más el recordarle en ese estado".

Hoy entiendo el punto de ese veterano periodista que un día me tocó entrevistar. A este reportero de larga trayectoria no le agradaban los periódicos digitales, opinaba que el mayor problema del periodismo digital es que hay muchas personas "ejerciendo periodismo" sin saber hacerlo. Consideraba su argumento como insuficiente como para no estar a favor de las nuevas herramientas tecnológicas, pero ahora veo que tenía razón.

También empiezo a comprender mi recién seleccionada asignatura Ética Profesional. El primer día de la clase pensé: "¿Qué se hará en esta clase? Seguro es como Moral y Cívica, quizás ni tareas asignen". Hoy agradezco conocer los problemas éticos y reconozco cuán necesaria es la ciencia de la moral en mi profesión.

Invito a todo aquel que haga periodismo a informar de manera responsable, sin olvidar que esto es más que una profesión, es vocación y servicio. Piensa dos, tres, hasta cien veces cómo vas a publicar las informaciones. Ni siquiera te pido que no las compartas; sino que analices de qué forma lo vas a presentar. Hay imágenes, como este video del que hablo al inicio, que no son relevantes para la audiencia. Con la imagen de los medios de transportes impactados hubiese sido suficiente.

Más que contar la experiencia, quiero compartir lo que aprendo. A continuación dos lecciones que me dejan este hecho:


  • ¿Esta clase de imágenes y audiovisuales enriquecen la información? No. En vez de agregar información valiosa, despiertan de forma negativa la curiosidad y el "morbo" de la audiencia. Algunos lo publicarán porque creen que es lo que muchos lectores quieren ver, pero ningún periodista puede guiarse por ese criterio. El periodista está para ofrecer información que, según su criterio o el de la sala de redacción, sirve al bien público. Satisfacer ese deseo, el cual posiblemente aumentaría los ingresos de la empresa periodística, significaría degradar la profesión a mero negocio e interés económico y la información sería mercancía; criterios que la ética de la profesión rechaza.
  • "Aparece como prudente la práctica de no revelar los nombres de los muertos en accidentes hasta no haber notificado oficialmente a sus familiares más cercanos. Con esto se evita el dolor excesivo que significa para un familiar enterarse a través de los medios de comunicación de la muerte de un ser querido. Además, hay que evitar todo sensacionalismo; es decir, exagerar el valor de la noticia, por ejemplo el dramatismo de los últimos momentos, las heridas o la sangre. La divulgación de estos detalles haría caer al periodista en la morbosidad y, por lo mismo, no cumple debidamente con el deber de entregar la información que el público tiene derecho a conocer". Tomado del Consultorio Ético de la Fundación Gabo. Destaco esto porque, para empeorar la situación, nada de lo planteado se respetó en el caso que inspira esta reflexión.
En las nuevas plataformas de comunicación todos tienen voz, pero no todos saben cómo hacer un uso eficaz de ellas. Tienen la capacidad de manejar los aspecto operativos, pero les hace falta adiestrar los más importantes: el uso responsable y ético de las redes sociales.

Otro de los aprendizajes que me quedan es nuestra condición como sociedad (por quienes grabaron y quienes solicitaban el video), e incluso la posición de la autoridad pública.

Hoy estuve en el lugar que algún lector ha estado. Por eso más que corregir, quiero orientar a todos aquellos que sin haber entrado a una aula ya se consideran profesionales de la información, a aquellos que incluso se colocan un título no obtenido. Quizás esta reflexión resultó larga, pero me indigna el siquiera pensar que en el error de generalizar me incluyan entre esos poco profesionales "periodistas" o que intenta serlo. 


Seamos más empáticos. 
No nos olvidemos de la ética mientras ejercemos "el mejor oficio del mundo". 
Comparto lo que aprendo. 💁‍♀️

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