María Palomino, una nefelibata de la producción audiovisual

Son muchos los estudiantes de la carrera de comunicación social quienes inician sin saber en qué quieren desenvolverse o en cuál área pretenden desarrollarse. También son muchos los que sin prisa, por el camino encuentran su pasión. Hoy María Palomino nos habla sobre cómo descubrió su área y cuáles son sus sueños en ella. 

A pesar de su timidez, María del Carmen Palomino Cruz es todo un personaje que hará de cualquier rato insípido, uno ameno y entretenido. Lo pudimos confirmar cuando entre risas empezó esta achispada entrevista. 

La segunda de tres hermanas, es la única que se inclinó hacia las artes y atribuye su creatividad a su padre a quien, aunque no era su pasatiempo ni tenía mucha experiencia, le gustaba dibujar. No obstante, llama la atención que alguien tan tímida ante los grandes públicos haya decidido estudiar comunicación social. 

Todo empezó cuando una amiga de la familia le instó a hacer un curso de Locución en la reconocida Escuela de Locución Profesor Otto Rivera, a María le pareció buena idea y se animó a hacerlo. “Siempre me ha gustado el medio y estar en el medio, cuando mi mamá me preguntó si quería hacer el curso le respondí que sí y me gustó hacerlo, la locución es muy bonita, pero no es mi fuerte”, afirma. 

Su timidez la hizo reconocer que estar frente a grandes masas no era lo suyo; su fortaleza está ahí, donde sucede todo pero nadie ve: la producción de televisión. Su primera vez en una planta televisora fue emocionante, respirar la adrenalina con la que se trabaja detrás de cámaras y observar lo que hace posible a un programa de TV, hizo que la joven de ascendencia peruana se visualizara haciendo lo mismo. “Producir un programa de TV es un completo trabajo en equipo y yo me ví ahí”, comenta con ojos brillantes e ilusionados.

A principios de este año María dió el primer paso rumbo a cumplir su sueño, empezando en el Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) a estudiar producción de televisión, área que ella describe como “un pequeño gran espacio donde el trabajo en equipo y la pasión son el ingrediente perfecto para un buen resultado”. La mediana de las hermanas Palomino Cruz aún no ha culminado sus estudios sobre post-producción; sin embargo, ella habla tan anhelada sobre el siguiente escalón (la producción). “La producción es tan bella, es increíble cómo puedes hacer realidad y transmitir por televisión una  simple idea que surge en tu mente”, cuenta.

El INFOTEP es conocido por la efectiva preparación que provee a aquellos que se están especializando en aspectos televisivos; a pesar de considerarse carente de creatividad, sin esperarlo, María ha desarrollado desde sus habilidades en animación hasta en diseño a un nivel profesional. “Yo pensaba que no tenía creatividad, para eso no me llamen. Pero todo era mentira, siempre hay, al menos un poco”, afirma. 

“No descarto hacer cine, pero lo mío es la televisión, para eso me estoy preparando. Primero quiero producir programas para la pantalla chica. Luego, me encantaría trabajar la producción de un evento, Verano Presidente, por ejemplo. Después Los Soberanos, para más adelante irme más lejos, producir alguna premiación internacional como Premios Lo Nuestro o incluso Los Oscars”, narra María mientras su imaginación la transporta a imágenes futuras de ella cumpliendo sus sueños.

Actualmente, María del Carmen, quien lleva más de dos años estudiando comunicación social en la Universidad Católica Santo Domingo, tiene muchos proyectos en mente para Millennials pero prefiere reservárselos. “Y a todos aquellos que al igual que yo quieren dedicarse a la producción de audiovisuales, luchen porque nada es imposible y recuerden que un requisito fundamental en esta carrera es la pasión”, con gran entusiasmo reflejado en su rostro y este consejo concluye. 

“Que todo pase, que todo surja, que todo fluya”, María tiene miedos, pero sus sueños, deseos y anhelos son más. Poco a poco está trabajando en ellos, el destino o el universo se encargarán de poner todo en su lugar para cosechar los frutos del esfuerzo sembrado.